Personajes Ilustres

Dr. Isidro Ayora Cueva

Isidro Ayora

El Dr. Isidro Ayora Cueva, nació el 31 de agosto de 1879, hijo del Dr. Benjamín Ayora Armijos, oriundo de Saraguro, y de la sra. Beatriz Cueva Betancourt, gonzanameña, ambos miembros de una respetable familia que ha dado lustre y prestigio nacional a nuestro can­tón, pues el ancestro materno del Dr. Ayora es gonzanameño. Tuvo tres hermanos: Benjamín Raphael, ca­nónigo teologal, José María, abogado, jurista y parla­mentario y Luz Clorinda, quien en su juventud voló a la contemplación de Dios en el cielo.

Vida estudiantil.

Los estudios primarios los realizó en la Escuela de los Hermanos Cristianos de la ciudad de Loja, ubicada en­tonces cerca del Convento de los Padres Agustinos, donde hoy se levanta el edificio de la Escuela "Miguel Riofrío", por disposición del Presidente Eloy Alfaro.

Los estudios secundarios los realizó en el Colegio "Bernardo Valdivieso", cuyo edificio existe hasta hoy, junto a la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Estatal de Loja.

Cuando se graduó de Bachiller, en 1897, su madre lo envió a Quito a casa de su tío Manuel Benigno Cueva Betancourt, Vicepresidente de la República, para que siga sus estudios de medicina en la Universidad Central. Allí se distinguió por su talento en el estudio y en la investigación científica.

El 22 de diciembre de 1904, siendo aún estudiante de medicina, participó en un concurso de oposición, ga­nando el cargo de Interno del Hospital "Eugenio Espejo"

En 1905 obtuvo el título de Doctor en Medicina y Cirugía, luego de presentar su tesis titulada " Leyes biológicas y sus aplicaciones". Su grado oral ante el tribunal integrado por lo más destacado de la Facultad de Medicina, lo llenó de verdadera satisfac­ción. La Facultad le recomendó, entonces, para que viaje a Europa a especializarse en Cirugía, Obstetricia y Ginecología, a fin de que a su regreso preste sus servicios en la Universidad Central.

En Europa realizó estudios de Obstetricia, Ginecología y Cirugía General en la Universidad de Berlín y en la Clínica de Mujeres de Dresden.

En 1909 regresó al Ecuador y fue nombrado profesor de la facultad de Medicina de la Universidad  Central y Director de la Maternidad que lleva su nombre, hasta 1912. Dicha casa de salud estaba situada en la calle Floras, cerca de la iglesia de Santo Domingo, en ella se inició la era de la Cirugía Obstétrica moderna.

En 1911, en asocio con los doctores Angel R. Sáenz y Ricardo Villavicencio Ponce, fundó en Quito la Clínica Quirúrgica que llevó su nombre, en la calle Sodiro, frente al Parque de la Alameda, llenando así uninmenso vacío en las diversas especialidades de la medicina.

En 1917 organizó en Quito la Primera Escuela de Enfermeeras, tocándole ser su Director.

El 17 de Junio de 1917 contrae matrimonio con la dama guayaquileña Laura Carbo Núñez, con quien tuvo hijos: José Isidro y Laura.

El 19 de agosto de 1924 fue elegido presiden­te de la Cruz Roja Ecuatoriana.

En septiembre dé 1925 fue designado por la asamblea Universitaria, Rector de la Universidad Central del Ecuador.

La administración pública llamó también la atención del preclaro médico lojano.

En 1916 fue elegido diputado por ia provincia de Loja al Congreso Nacional hasta 1919. En los años de 1918 y 1919 se desempeñó como concejal del mu­nicipio de Quito y en 1924 a 1925 le tocó asumir la Dirección del Municipio en calidad de Presidente del Ilustre Cabildo Quiteño.

El 1 de abril de 1925, al disolverse la Junta Militar, ésta lo nombró Presidente Provisional de la República con facultades omnímodas, siendo la prime­ra vez en la historia nacional que un médico de la talla del Dr. Ayora Cueva llegue a dirigir los destinos de la nación.

La labor como Presidente fue ardua pero muy beneficiosa para sanar los males que aquejaban al Ecuador. Así pues, en junio de 1926 créó la Caja de Emisión y Amortización, invirtiendo grandes sumas de dinero para robustecer la economía de las municipali­dades del país y posibilitar la realización de obras de agua potable, canalización, etc. y la pavimentación de Quito y Guayaquil.

En 1927 inauguró el Banco Central del Ecuador, con el fin de mejorar la economía del país.

El 9 de octubre de 1928 se instaló en Quito la XII Asamblea Constituyente en la que fue nombrado Presidente Constitucional de la República, en calidad de Interino, lo que le animó para continuar su gran obra en beneficio del Ecuador.

El 13 de diciembre de 1928 fundó la Contraloría General de la Nación para precautelar los intereses económicos del Fisco y en 1928 inauguró el ferrocarril Quito-lbarra, con proyección a San Lorenzo en la provincia de Esmeraldas.

El 11 de abril del mismo año fundó la Facultad de Filosofía y Letras de !a Universidad Central, así como la Caja de Pensiones y Jubilaciones, hoy Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social.

El 16 de marzo de 1929 se promulgó la Constitución Política dictada por la XII Asamblea Constituyente y al segundo día, la Asamblea lo nom­bró Presidente Constitucional de la República para el período de cuatro años que debía terminar el 31 de agosto de 1931. En este período el Dr. Áyora siguió haciendo un gobierno de hechos y no de palabras, de acción y no de promesas.

El 29 de septiembre de 1930 el Dr. Ayora pre­sentó la renuncia de su cargo ante el Congreso Nacional, porque deseaba ejercer su profesión en forma privada, pero dicha renuncia no fue aceptada. El 23 de agosto de 1931 la presentó nuevamente en forma irrevocable y volvió a ejercer su profesión en su clínica particular.

En 1940 aceptó el cargo de miembro de la Junta Consultiva de Relaciones Exteriores, poniendo de manifiesto su capacidad y mesura al servicio de la Patria.

A partir de 1942 se dedicó a alternar su vida profesional con las actividades del campo y formó la Asociación "Holstein Friesian" del Ecuador de la que fue su primer presidente, con el fin de mejorar la gana­dería de teche en nuestro país.

En 1946 se trasladó a vivir en Canadá y Estados unidos de norte América.

En 1955 celebró sus Bodas de Oro Profesionales, celebración en la que todas las institu­ciones creadas por él le rindieron homenaje de felicita­ción y agradecimiento. Con este motivo fue invitado por el Cabildo de la ciudad de Loja para condecorarlo y en su presencia éste colocó una placa recordatoria que decía: "La Madre agradecida al hijo Ilustre, Dr. Isidro Ayora Cueva (1879); Ciencia, Poder y Virtud; el pueblo reconoce y el Ayuntamiento lo declara, 1955"

Esta placa está colocada en el frontispicio de una casa construida en el sitio mismo donde nació, y allí permanecerá para siempre en recuerdo de este gran hombre lojano.

El 22 de marzo de 1978 falleció el Dr. Ayora en la ciudad de Los Angeles, California, luego de una delicada intervención quirúrgica, a la edad de 98 años, terminándose así una vida luminosa que hizo historia en la Patria Ecuatoriana del presente' siglo.

Benjamin Ayora Cueva

Sacerdote distinguido y gran orador sagrado, fue el Dr. Benjamín Ayora Cueva, hermano del Dr. Isidro; actuó como capellán voluntario del Hospital "Eugenio Espejo" y de la maternidad antigua de Quito. Terminó su vida como canónigo teologal de la curia metropolitana.

Coetáneamente sobresalieron sus primos Doctores : Agustín, Reynaltío y Arsenio Cueva Sáenz y los Doctores Manuel Benigno y Juan Manuel Cueva García, tanto en el plano científico como en el de Jurisprudencia que ellos ejercieron.

Dominga Beatriz León Andrade

Verdadero valuarte de la Gonzanameñidad, nace el 4 de agosto de 1889. Proviene del distinguido hogar formado por el Dr. Juan León y la Sra. Rosario Andrade. Sus restos mortales descansan en el cementerio general de la ciudad de Cariamanga desde la fecha de su defunción, el 2 de febrero de 1973.

Matrona Gonzanameña reconocida por la historia como la heroína de voz altiva y sonora. Desde su corta edad se distinguió por el gran amor a su tierra natal. Batalló de igual a igual, con sus hermanos León Andrade por el adelanto y progreso de la patria chica que la vio nacer.

Su actuación valiente y decida en el Parlamento Nacional en demanda de la cantonización de Gonzanamá, junto a otros ilustres Gonzanameños, justifica, con sobra de méritos, su inserción en la historia.

Célebre por la defensa de los derechos de su tierra en una de las sesiones históricas del Parlamento Nacional, cuando uno de los legisladores lojanos motivados por mezquinos intereses, se oponía a la cantonización, con expresiones y calificativos nocivos a la tierra a sus antepasados, desde la barra del Congreso con voz firme y altiva, se escucha el reclamo airado de la Sra. Dominga León Andrade increpando al opositor por su ingratitud e indiferencia, con el adelanto de los pueblos lojanos.

Balbina Moreno De Cevallos

Nace en Gonzanamá otra de las matronas ilustres que han aportado al civismo y desarrollo del genuino pueblo del Colambo. Es Balbina Moreno de Cevallos, mujer benefactora de visión profunda quien entrega los mejores años de su vida a la educación y al culto de valores éticos, morales y cívicos en la niñez femenina en su tierra natal, al ejercer la docencia y dirección, por muchos años, de la escuela Pública de niñas de la ciudad de Gonzanamá.

Fueron varias generaciones de mujeres gonzanameñas las que recibieron, de su verdadera vocación docente, su vivo ejemplo de honor, honestidad y sacrificio. Mujer de delicada cultura y maestra por excelencia, engrandeció a su pueblo con todos sus actos tanto públicos como privados.

En los últimos días de su existencia ofrenda el amor a la niñez y juventud de su tierra, legando una de sus valiosas propiedades a la Curio Diocesana de Loja, para que en ella funciones un colegio regentado por religiosas.

En la actualidad con la participación del Estado, el apoyo de Agencias de Desarrollo, del I Municipio de Gonzanamá, del consejo provincial de Loja y aportes extra presupuestarios de los Gobiernos Nacionales   a través de diputados nacionales y provinciales nacidos en este solar patrio y gracias a la gestión realizada por las Madres Dominicas que regentan la educación católica en esta ciudad, se ha logrado levantar un moderno y funcional edificio en el que laboran los establecimientos de educación Básica y Bachillerato que llevan el nombre de su benefactora.

Beatriz Cueva Betancourt De Ayora

Nace en Gonzanamá en 1847 en el respetable matrimonio formado por el Dr. Juan Cueva y doña Rosa Betancourt. Contrae matrimonio con el respetable médico, de ascendencia Saragurense, Benjamín Ayora Armijos, enlace conyugal que procrea algunos hijos, entre ellos, el insigne medico Lojano Dr. Isidro Ayora Cueva, preclaro estadista que ejerce el poder Supremo del estado hasta 1928, año en el que se convocó la Asamblea Constitucional de la República Constitucional de la República, la misma que declaró Presidente Constitucional del Ecuador.

Al respecto Arturo Armijos Ayala, consanguíneo cercano de la familia Ayora Armijos, en el “Escobozo Bibliográfico del Dr. Isidro Ayora Cueva”, publicado en la casa de la Cultura Ecuatoriana Núcleo de Loja, Año XXX, Julio de 1979 manifiesta: Y aquí llegamos a la siguiente rotunda afirmación: la familia originaria de Saraguro. Lo asevero por todo lo que se. El señor Francisco Barrezueta, ya fallecido, conservaba unos apuntes acopiados en largos años. Los dichos apuntes registraban todas las destacadas familias oriundas del antedicho cantón y entre ellas constaba la familia Ayora. Ignoro quien tenga los apuntes referidos. Probablemente algunos de sus hijos. Sería interesante su publicación.

En cuanto a la familia Cueva, he de decir que por relaciones familiares y por los datos obtenidos por mí, es de origen gonzanameño. Concluyente los Cueva son del expresado cantón. Cuevas y Betancourt son apellidos que alcanzan en Gonzanamá un afincamiento, de por lo menos dos siglos.

Rosa Isabelina Vásquez Cabrera

Proviene del ejemplar hogar gonzanameño formado por el Sr. Emilio Vásquez Carrión, querido y respetable hombre público, conocido como “El cantor del Pueblo”, y de la distinguida señora doña Rosa Hortensia Cabrera Carrión.

Rosa Isabelina Vásquez Cabrera nace en Gonzanamá el 7 de diciembre de 1916 rodeada del calor familiar y del cariño entrañable de sus respetables progenitores. En forma prematura retorna al seno del creador en medio del desconcierto y pesar de la sociedad Gonzanameña, el 25 de mayo de 1952.

Contrajo matrimonio con el distinguido educador, el Lic. Gilberto León Yaguana. El fruto de este amor tempranamente parte al infinito, confiado en el feliz encuentro prometido con su adorada madre allá en el paraíso, lleno de flores, jazmines y violetas.

A escasos 12 años de vida culmina sus estudios primarios en la escuela particular “Sin nombre” de Gonzanamá, establecimiento educativo que años más tarde, recibirá a Rosa Isabelina, laureada de ilusiones, graduada de Normalista Rural, máximo galardón docente que el Ministerio de educación otorgaba en aquel entonces, Recibe el honroso encargo de fundar el establecimiento fiscal. Laico y gratuito y ser su flamante directora.

La historia la consagra como a la maestra de vocación. Su corta existencia estuvo dedicada, desde muy temprana edad, al servicio de la educación de su pueblo. Innovadora permanente, puso al servicio de la niñez todo su haber profesional en la escuela Fiscal de niñas “12 de octubre”, una de las más prestantes en la provincia de Loja de la cual llegó a ser su Directora, allá por el año de 1936.

Firme en su vocación de maestra, se perenniza en el alma de su pueblo y especialmente en el recuerdo latente del magisterio gonzanameño. En 1940, cuando recorría sus primeros pasos en la docencia primaria, se hace acreedora al merecido triunfo del concurso “Sobre la importancia de la Educación en la Escuela Nueva”, participación decorosa que llenó de satisfacción al magisterio lojano.

En la vida pública se la recuerda como: Secretaria de uno de los comités Pro-Cantonización de Gonzanamá, Concejal del cantón, Vicepresidenta del Ilustre Municipio, durante la presidencia del señor Agustín Bravo Carrión; socia activa y fundadora de los clubes “la Unión” y “Gonzanamá Esporting Club”.

Dra. Luz Victoria Herrera Sánchez

Su nacimiento se produce en la ciudad de Gonzanamá el 13 de marzo de 1920, habiendo recibido su segundo sacramento religioso de manos de Monseñor Carlos María de la Torre en su lugar de nacimiento, con los nombre de Luz Victoria Herrera Sánchez.

Sus padres, Felipe Herrera y Eloísa Sánchez formaron un respetable hogar en el que se conjugó el respeto, la comprensión y el buen ejemplo paternal y materno. Contrajo matrimonio con el distinguido profesor Don Luis Fernando Velasteguí Unda ya fallecido con quien engendró sus seis hijos, profesionales que dan lustre a diversos sectores de la patria y fuera de ella.

Sus primeros estudios los recibió de su profesora especial, señorita Etelemia Luna; luego ingresa en la escuela EL PROTECTORADO hoy escuela fiscal de niñas “18 de noviembre” de la ciudad de Loja plantel regentado por la señora Zoila Astudillo de Arévalo, que alternaba su trabajo docente con la Señorita Delia Aguirre. Los estudios primarios los continúa en el colegio particular “La Inmaculada”. Cursa sus estudios secundarios en el centenario colegio “Bernardo Valdivieso”, obteniendo el título de bachiller en ciencias de la educación el 23 de julio de 1942. Sus estudios superiores los realiza en la Universidad Nacional de Loja, alcanzando los títulos de licenciada en Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales, el 26 de abril de 1958 y de Doctora y Abogada de la República el 14 de abril de 1964, profesión que ejerce brillantemente por muchos años.

A temprana edad allá por el año de 1943, participa activamente en el comité de damas gonzanameñas que respaldaba la cantonización en calidad de secretaria. Para entonces presaba sus servicios docentes, desde el 17 de noviembre de 1942, en la escuela fiscal Lautaro Vicente Loaiza, continua su peregrinaje laureado, lleno de esperanza, de reconocimiento al deber cumplido, de gratitud manifiesta en todos los pueblos e instituciones en que prestó su invalorable servicio. Entre otras: Escuela “Gabriela Mistral” de Catamayo, Colegio Nacional “Paltas”, de Catacocha; Escuela “José Ángel Palacios” hoy “Prof. Julio Ordoñez Espinoza” de la ciudad de Loja; Directora de la escuela “Policarpa Salavarrieta” de Mira cantón Espejo, Carchi; Escuela “Miguel Riofrío”, Escuela “18 de noviembre” y colegio “27 de febrero”; Supervisora Provincial de Educación de la ciudad de Loja, Procuradora de la Regional 7 del IESS de Loja y Zamora Chinchipe y Delegada Provincial del IECE.

En un lugar especial de su casa de habitación florece un invalorable cofre de ilusiones y recuerdos. En su interior se guardan condecoraciones, medallas de oro, trofeos, placas acuerdos y diplomas, testigos sigilosos de su deslumbrante trayectoria en el duro e incomprendido bregar educativo.

Srta. Alejandrina Palacios León.

Insigne mujer gonzanameña de vasta preparación y valuarte de civismo siempre estuvo al frente de los principales acontecimientos cívicos patrióticos. Constituyese en la representante natural de Gonzanamá. Mujer brillante, respetada y respetable en todos y cada uno de los actos públicos y privados en los que se debatió el desarrollo y progreso de su pueblo.

Su elocuente discurso, la claridad de sus ideas y su sutileza en la crítica constructiva, aparentemente punzante, lapidaria y sentenciosa, ofusco, unas y tantas veces a los o de su vida mate

Hoy, en el ocaso de su vida material, en algún lugar, rodeada de sus congéneres y allegados, con el corazón gonzanameño deja lecciones de patriotismo, de valor y, sobre todo de dignidad valores propios de un pueblo pujante, inclaudicable y soñador.

Se constituye en la benefactora de la casa del anciano de la ciudad de Gonzanamá al donar un lote de terreno donde se construye sus funcionales instalaciones.

Dra. María Elena Cevallos Vásquez.

De estirpe gonzanameña, la doctora Cevallos es hija del Señor Ambrosio Cevallos, en segundo matrimonio, con la distinguida dama Señora Zoila Vásquez. Los primeros años de vida los compartió con sus hermanos: Fanny, Carlos (+) y Gloria. Está casada con el Dr. Juan José León Figueroa con quien procrea tres hijos: Ruth, María Elena y Juan Fernando.

Mujer excepcional, luchadora y persistente ha compartido responsabilidades en su hogar con madurez y ternura; gran parte de su actividad cotidiana está al servicio de la educación lojana, instrumento único de libertad de pensamiento no ha regalado las obligaciones que como mujer tiene es el hogar, al contrario, nunca hubo incompatibilidad con la participación activa en el sector público ya sea como maestra del nivel primario o como docente del nivel medio, sin descuidar las aulas universitarias.

La flamante Doctora en Jurisprudencia, Abogada de los tribunales y juzgados de la República fue designada, en dos ocasiones, Directora Provincial de educación de Loja; y, rectora del Instituto “Beatriz Cueva de Ayora” y Asesora Pedagógica de la escuela de Ciencias Jurídicas de la Universidad Técnica Particular de Loja.

Su basta preparación y exquisita cultura le han merecido el reconocimiento de varias instituciones públicas, mediante significativos acuerdos y condecoraciones:

ü  Acuerdo Ministerial Nro. 4203 del Ministerio de Educación y Cultura concedido la condecoración Nacional al Mérito Educativo.

ü  Mujer profesional concedida por la AMUCYP.

ü  Condecoración al mérito de primera clase, “Rvdo. Jorge Aviatar Quevedo”, Mejor Ciudadana de Gonzanamá.

ü  Condecoración “Dr. Vicente Rocafuerte”, otorgada por el Congreso Nacional.

ü  Madre Símbolo de Loja 2002-2003 designada por la Unión de Mujeres Lojanas.

Dr. Manuel de Jesús León Andrade

En la galería de hombres ilustres de Gonzanamá aparece la excelsa figura del Dr. Manuel de Jesús León Andrade, precursor infatigable de la cantonización de Gonzanamá.

Manuel de Jesús, el primogénito de tres hermanos, nace en Gonzanamá al atardecer del siglo XIX, siendo sus padres el Dr. Juan León y La Señora Rosario Andrade, familia noble y respetable muy apreciada en la sociedad lojana.

Desde muy joven desde las aulas universitarias en la facultad de Derecho de la ciudad de Loja aprovechando la presencia del coterráneo Dr. Manuel Benigno Cueva Betancourt en la vicepresidencia de la República, en el segundo periodo de Gobierno del “Viejo Luchador” Don Eloy Alfaro, en asocio con Javier Draucín Simancas, Agustín y Benigno Rivas y Ricardo Sotomayor Espinoza, demandan la cantonización de Gonzanamá, en el año de 1898.

Graduado de Dr. De jurisprudencia regresa a su tierra natal y consagra los mejores años de su vida a la búsqueda de un nuevo amanecer para su pueblo. Estuvo convencido que el único camino válido e inequívoco para lograr el despegue y desarrollo de su pueblo era el fortalecimiento del fervor cívico, el amor excelso a su patria chica, y la convocatoria al espíritu al sentimiento y la concienciación ciudadana para perseverar en los factores que forjan la vida histórica, sociológica y política de los pueblos.

Abanderado de la vialidad de la provincia de Loja en el año de 1930 organiza en Gonzanamá el primer Comité vial de la provincia Pro carretera Catamayo- Gonzanamá-Cariamanga-Sozoranga-Macara ejemplo que fue secundado posteriormente en el sector sur occidental por los cantones de Loja-Paltas-Celica.

El Dr. Manuel de J León A, organiza durante algunos años mingas patrióticas, en las que hombres y mujeres comprometidos en el progreso de Gonzanamá no escatimaron esfuerzo alguno hasta lograr la apertura de siete kilómetros de vía carrozable desde Gonzanamá hasta la actual hacienda de Colca, en dirección a Catamayo. Este denodado de esfuerzo del pueblo gonzanameño fue el factor preponderante para que los poderes centrales la declaren “Obra de Interés nacional” y posteriormente dispongan la asignación de recursos para la elaboración de los estudios y ejecución de la vía, convertida en la actualidad en la red oriental, más importante del sur de Patria Ecuatoriana.

Dr. Javier Draucín Simancas

Compañero entrañable, eterno soñador; con su pluma, su verso y su canción, enarboló por siempre el civismo en los corazones patrióticos de sus coterráneos ávido de identidad cívica, asciende presuroso, transparente y oportuno en los registros de la historia.

Javier Draucín Simancas, regresa a su tierra graduado de Doctor en jurisprudencia y Abogado de los Tribunales y Juzgados de la República para junto, nuevamente, a su inseparable compañero de banca, Dr. Manuel de J León Andrade, continuar sin tregua las gestiones de cantonización de su pueblo.

Regentó la escuela Fiscal de Niños “Lautaro V Loaiza” de su ciudad natal y otros establecimientos educativos de la provincia de Loja, con indiscutible vocación docente, divulgando sus ilustradas enseñanzas de verdadero apóstol de la educación y la cultura.

“El foro lojano tuvo en el Dr. Simancas a uno de sus más inteligentes y conspicuo juristas que lo honraron sobremanera y el periodismo lojano a uno de sus mejores cultores; fue por muchos años Director de la revista “EL PICAFLOR”, en la que se trataron temas científicos, de arte, de cultura, de crítica constructiva, de poesía, literatura y filosofía, el preclaro maestro dominó todas esas nobles disciplinas del saber, del arte y de la ciencia.

Se desempeñó como secretario General en el Colegio Nacional “San Bernardo” de la ciudad de Loja el año 1888.

Es autor de las letras de los himnos de los cantones Paltas y Gonzanamá, Nació el año de 1865 y murió de 1928 a los sesenta y tres años de edad, luego de una vida ejemplar.

Rvdo. Lautaro Vicente Loaiza Luzuriaga

Nace en el sitio El Toldo, antesala de la ciudad Gonzanamá cobijado por las frescas brisas del Colambo y el hermoso mirador Gonzanameño “El sueño de Águila”. Sus padres el Sr. Daniel Loaiza y la Sra. Carmen Luzuriaga, hogar de sólidas bases morales y cristianas que supo moldear el espíritu y la personalidad del preclaro ciudadano gonzanameño, Canónigo Lautaro Vicente Loaiza Luzuriaga.

Buscando cultivar su talento y su sorprendente capacidad intelectual, el joven Lautaro, se trasladó a la ciudad de Loja para continuar con sus estudios secundarios con clara inclinación religiosa. En esta ciudad, Dios sale a su encuentro y le protege con la mano piadosa de una extraordinaria mujer cristiana, Doña Ramona Cabrera, dama caritativa que le brinda la ayuda económica y ante todo, el apoyo moral y buen ejemplo espiritual.

Este virtuosísimo Apóstol de Dios, honra sobre manera la galería de hombres probos nacidos en Gonzanamá. Sacerdote seducido por la educación, cultura y progreso de los pueblos. El foro lojano a más de un predicador incansable de la doctrina cristiana, contó con eminente jurista graduado en los tribunales de Justicia de la República del Ecuador. Su obra quedó esparcida a lo largo y ancho de la provincia de Loja. Su vida toda, estuvo orientada a cimentar y promulgar las reivindicaciones de la clase obrera y al fortalecimiento de las organizaciones. Para cuyos fines, funda en la ciudad de Loja la Sociedad Unión Obrera “primero de mayo”, bastión trascendental para sus innovadores propósitos.

En 1904 funda y dirige el periódico mensual “El obrero lojano”. En 1908-1910 edita la revista pedagógica “La organización escolar”. En su paso por la Dirección Provincial de educación de Loja en su calidad de Secretario General de la Institución contribuye con su claro pensamiento en diversos órganos publicitarios entre otros: “El ferrocarril”, corriente positivista del Comité Ferroviario, que demandaba de los poderes centrales la construcción del ferrocarril, que enlace las poblaciones de la costa con nuestra ciudad y provincia de Loja.

Funda y dirige la escuela Nocturna de Obreros, El Protectorado artístico e industrial de señoritas y la sociedad Unión Obrera “Primero de mayo” y las dirige con mucho acierto y pulcritud hasta el año 1909 fecha en la que se dispuso prestar sus servicios religiosos en el cantón Zaruma.

En 1917, la curia diocesana le encarga la parroquia Alamor actual cantón Puyango a este insigne vicario gonzanameño, donde con mucha decisión de trabajo e innata vocación cristiana trasciende su obra social.

Construye en la plaza de Alamor un hermoso templo adornado por dos torres que pretenden alcanzar el cielo y en cada una de ellas instala un reloj con cuatro esferas, único de su clase en el país.

Los alamoreños fueron testigos de la creatividad periodística del sacerdote gonzanameño, al tener la oportunidad de contar con una moderna imprenta importada directamente desde los estados unidos de norte américa por el Rdo padre Vicente Lautaro Loaiza, esta gran iniciativa le permitió fundar algunos periódicos de carácter social y cultural. “el reloj público de Alamor”. La mujer alamoreña y su templo. “el aéreo plano en Loja”. Y otras cuantas publicaciones que dirige con gran capacidad y acierto.

En su incansable trajinar por el adelanto y progreso de los pueblos de la provincia de Loja, funda la parroquia de Pindal, trasformada en la actualidad en progresista cantón del mismo nombre.

Pertinaz visionario, no soslayo en sus sueños de la navegación aérea; hizo estudios y diseño de proyectos que a futuro se convirtieron en la clarinada que conllevaría a la construcción del proyecto de los actuales aeropuertos de la Provincia   de Loja.

El martes cinco de junio de 1951 a los ochenta años de edad hallándose enfermo en cama, pero en su sano y entero juicio, deja bajo el sagrado testamento su biblioteca particular algunos bienes muebles e inmuebles y dinero en efectivo a la sociedad unión obrera “Primero de Mayo” los mismos que son administrados por sus directivos , hasta la actualidad.

La primer escuela fiscal de varones fundadas en la ciudad de Gonzanamá: ”Lautaro Vicente Loaiza” que honra el nombre del gran hombre excelso que entrego su vida al apostolado sacerdotal y a los servicios de las grandes obras sociales a favor de la clase obrera , del sector informal de trabajadores y de manera, particular , de las despedidas y menesterosas de la ciudad y provincia de Loja.

Sr. Segundo Ignacio Godoy Ordoñez

Nace el 24 de enero de 1898. Fueron sus padres el Dr. José Ignacio Godoy y Doña. Asunción Ordoñez. Filántropo, visionario e intelectual de la mujer. Fue dueño de una considerable fortuna, que al término de sus días. La legó mediante testamento público a instituciones educativas católicas en beneficio de la niñez y juventud lojana.

Segundo Ignacio recibe la educación primaria en su tierra natal, para luego continuar sus estudios secundarios en el colegio “Bernardo Valdiviezo” de la ciudad de Loja. Se ordena de sacerdote de cristo en 1924. Presta sus servicios sacerdotales en diferentes parroquias de la provincia de Loja, sin embrago, su mayor obra social se registra en la provincia de El Oro, específicamente en las parroquias de Ayapamba y Salatí en donde colaboró en la construcción de carreteras, capillas y otras obras de menor envergadura.

En su paso por la vicaría de Portovelo construyó la hermosa capilla de Nuestra Señora de Fátima, elevando en sus habitantes la fe profunda a la Madre de Cristo Resucitado.

Gran parte de su legado estuvo focalizado en la educación católica y de manera particular a la Comunidad de Madres Marianitas de la ciudad de Loja, con la finalidad de que funcione un centro artesanal para el cultivo y desarrollo de las habilidades propias de la mujer gonzanameña. Otra parte importante de su legado calculado en $400.00 fue destinado a la Comunidad de las Madres Dominicas de España residentes en Gonzanamá, para la implantación y funcionamiento de la educación católica de esta ciudad. Su deceso se produce en la ciudad de Loja el 2 de diciembre de 1974.

Sr. Víctor Manuel Carrión Febres.

Fueron muchos los hombres y mujeres que bajo los principios de libertad, solidaridad y profundo amor a su tierra se unieron para tomar partido en todas las gestas propuestas y vividas al germinar un nuevo día en la historia de Gonzanamá. Víctor Manuel facilitó el sendero al progreso. Su movilidad y fina atención lo distinguieron siempre de sus congéneres. Fue un hombre de sanas costumbres, amigo ideal, amante de la cultural y del progreso.

Sus bienes y en especial su casa de habitación patrimonio colonial de dos plantas con su amplio salón de grandes ventanales y un panorámico balcón ubicado estratégicamente al frente de las “cuatro esquinas” de las calles 10 de Agosto y Quito, se constituyó en el recinto oficial de recepción en los grandes acontecimientos sociales y políticos, razón por la que se denominó como “LA CASA DEL PUEBLO”. En la actualidad aún subsiste como testigo del esfuerzo u pujanza de un pueblo aguerrido y luchador.

Víctor Manuel Carrión nace un 24 de diciembre de 1892, del distinguido matrimonio formado por el Señor Miguel Carrión y la señora Nicanora Febres.

Su vasta preparación, le permite acceder a importantes cargos públicos desde muy temprana edad, tales como: juez civil parroquial, teniente político, en algunos periodos; agente de ventas, registrador de la propiedad, comisario nacional, y Presidente Ocasional de Concejo Municipal.

Representó a florecientes organizaciones en calidad de presidente: al Club, “unión de Jóvenes” y a la desparecida “Sociedad Obrera”. Fallece el 24 de octubre de 1974.

Sr. José Alipio Ludeña Ojeda

José Alipio nace el 30 de agosto del 1908 en la ciudad de Gonzanamá. Sus padres Don Eudoro Ludeña Briceño y Doña Clotilde de Jesús Ojeda Vega. Inicia su instrucción primaria en su ciudad natal baja la tutela del prestigioso educador particular Juan Delgado y del profesor fiscal, Zabulón Máximo Bravo quienes, a medida de sus posibilidades, impartían una educación elemental fundamentada en las cuatro operaciones matemáticas y en la doctrina cristiana.

Su anhelo de superación hace posible su aprendizaje de la sastrería en uno de los talleres más importantes de la ciudad de Loja, rama artesanal muy rentable en aquellos días. Su autoeducación y relación de buenas amistades con personas de reconocida trayectoria cultural y política de la ciudad de Loja, hacen de José Alipio un ciudadano de basta preparación y de ejemplar convivir social.

En 1943, con ocasión de la cantonización de Gonzanamá, fue llamado por el Dr. Manuel de Jesús León Andrade, primer presidente del cantón Gonzanamá, para que desempeñe las delicadas funciones de Secretario General de la Ilustre Municipalidad del cantón, constituyéndose de esta manera en el primer secretario del municipio de su tierra natal.

Cargos desempeñados.

Inspector de Higiene del I. Municipio de Loja, en la Alcaldía del Dr. Eduardo Mora Moreno; profesor de música; inspector de la campaña de Control de langostas; sobrestante del MOP; por varias ocasiones ejercicio la tenencia política de la parroquia Quilanga, actual cantón de la provincia, donde fija su residencia al contraer matrimonio con Doña Felicia Castillo Rojas.

A José Alipio Ludeña se lo reconoce la historia de Gonzanamá como a un hombre de participación activa en la organización ciudadana, especialmente en lo que tiene que ver en la dirección de grandes mingas para para la apertura y construcción de la carretera Gonzanamá – Quilanga. En el campo musical tuvo una destacada participación artística, toda vez que su habilidad para el arte le permitió ejecutar instrumentos como la guitarra y la bandola, con mucha destreza. Esta actualidad innata le permite relacionarse con grandes personajes del arte musical lojano, de la talla de Cristóbal Ojeda Dávila, José María Bustamante, José Aguirre y Manuel Torres, entre otros. Compone varias canciones, entre las que se destacan: el pasillo “Sombras que se alejan” y “adiós Quilanga”.

José Alipio fallece a los 90 años, el 4 de junio de 1998, dejando en su cumulo de recuerdos y obras de carácter social, cultural y político.

Rvdo. Jorge Abiatar Quevedo Figueroa

Sirvió por muchos años en la parroquia eclesiástica de Santo Domingo de Gonzanamá desde 1958 hasta 1987, fecha en la cual regresó al seno del Señor. Sacerdote de vida ejemplar, religioso lleno de virtudes, de recias costumbre y de tierna oración.

Dio permanente señales de caridad y amor al prójimo. Compartió con su pueblo triunfos y esperanzas. A este "santo" sacerdote le correspondió levantar la fachada de hormigón armado del actual Santuario del “señor del Buen Suceso”. Obra que tuvo feliz término en 1960.

En 1962, autorizado por el excelentísimo Obispo Juna María Riofrío, comenzó a construir la casa de vivienda para una comunidad de religiosas, en el terreno donado por la benefactora. Sra. Balbina Moreno de Cevallos.

Gracias a las múltiples gestiones del mencionado sacerdote se establece definitivamente, en la ciudad de Gonzanamá la comunidad de “Dominicas de la Inmaculada concepción de la enseñanza”, con la finalidad de regentar dos escuelas particulares católicas de niñas y niños.

Así mismo gracias a su inmejorable relación con la Diócesis de Loja, el 6 de junio de 1965 “fiesta de pentecostés”, el Excelentísimo Señor Doctor Luis Alfonso Crespo Chiriboga, autorizada por la santa Sede, funda el Noviciado de Dominicas con la denominación “Santo Domingo de Guzmán de Gonzanamá”, recibiendo, en esta fecha, el hábito de religiosas las primeras novicias: Sor Amelia y Sor María del Cisne.

En el año de 1976 acompañado de su pueblo católico y en una impresionante romería, traslada desde el sitio Colca hasta la ciudad de Gonzanamá, la pesada piedra donde se encuentra pintada la imagen de la venerada Virgen del Carmen.

En 1897, presa de una fatal enfermedad y ante el pesar generalizado de su pueblo, el Padre Jorge a Quevedo deja de existir en la tierra que lo vio nacer. Sus restos mortales descansan en la Cripta del Santuario del señor del Buen suceso, lugar donde acuden muchos feligreses a solicitar su intersección ante el Altísimo.

Sr. Jaime Lucio Bravo Martínez

Jaime Lucio proviene de ancestros Gonzanameños, por naturaleza modestos, como en su mayoría lo eran las familias en aquellos tiempos que antecedieron a la cantonización de Gonzanamá. Sus padres Don. Víctor Bravo y la Sra. Rosa Jiménez un 04 de marzo de 1923 lo traen a un mundo solariego lleno de paisajes, campiñas y tradiciones.

En su empeño por logar el adelanto de su tierra en 1971 cuando parte de la provincia de Loja, era arrasado por un violento terremoto; Jaime Lucio Bravo con extraordinaria visión emprendía la Feria Agrícola, ganadera dominical de su tierra, lo cual activó las transacciones comerciales mejorando la devastada economía del sector. En 1978, siendo miembro de la cámara de la agricultura de la tercera zona con sede en Cuenca tramita y alcanza la autorización de la creación y funcionamiento de la sucursal de Gonzanamá del Banco Nacional de Fomento.

Protagonista incansable del progreso de su tierra, político, comunicador social, ganadero, comerciante, hombre multifacético.

Es de los pocos que aún quedan en Gonzanamá. Se ha desempeñado acertadamente en cargos públicos como: Jefe Político del cantón, Comisario Municipal y concejal del municipio de Gonzanamá, Mejor ciudadano periodo 2003 – 2004.

Sr. Ismael Enrique Betancourt

Comunicador de raigambre popular que ha mantenido incólume su afán de servicio a la ciudad y provincia de Loja y de manera particular, a su tierra natal, Gonzanamá a través del periodismo escrito.

Ismael Enrique Betancourt es hijo único de la dama Gonzanameña Señora Rosa Eufemia Betancourt. Sus estudios primarios los realizó en la escuela “Lautaro Vicente Loaiza” de su tierra natal los secundarios en los colegios: “Normal Eloy Alfaro” de la ciudad de Cariamanga y “Bernardo Valdiviezo”, de la ciudad de Loja. Se gradúa posteriormente en la Universidad nacional de Loja obteniendo el título de Licenciado en Ciencias de la educación especialidad Físico Matemáticas. Luego se especializó en física en una de las Universidades de la República de Chile.

Ha dedicado gran parte de su vida a la educación en varias instituciones educativas de la ciudad y provincia de Loja. Dictó la catedra universitaria en la facultad de medicina de la Universidad Nacional, en la asignatura de Biofísica, luego en el Tronco General y Divisional, cuando se inició la reforma Universitaria en la que se implanta el Sistema Modular.

Ejerció la docencia en el centenario Colegio experimental “Bernardo Valdiviezo” desempeñándose con ética profesional en el Vicerrectorado de la sección diurna hasta el año 2001, año de su jubilación.

Desde 1979 incursionó, conjuntamente con otros catedráticos bernardinos, en la función del diario “crónica de la tarde”, empresa en la que presta sus servicios hasta la actualidad, en calidad de gerente. Desde estas funciones ha contribuido a defender el quehacer noticioso y la opinión ciudadana de la región sur y, de manera especial, a hacer trascendente las aspiraciones de su tierra natal.

Carlos Manuel Ojeda Palacio.

Nace en la ciudad de Gonzanamá el 23 de Febrero de 1900. Sus padres fueron don Segundo Tomas Ojeda Vega y la Sra. Dolores María Palacio Capa; desde muy joven dio señales de “caballero acreditado, vivaz, de reconocida inteligencia”. Se constituyó en el primer jefe político del Nobel cantón Gonzanamá, incursionado con mucho éxito en la vida pública en la que se desempeña como: guarda de estancos, teniente político, agente de ventas, guarda almacén de obras públicas fiscales, jefe del registro civil y notario público primero del cantón Gonzanamá.

Pese a las precarias condiciones en que se desenvolvía el sistema educativo en los primeros años del siglo xx, con mucho esfuerzo y sacrificio, su padre, hombre de amplia visión, a pesar de sus limitaciones económicas, no coartó el ímpetu creciente de Carlos Manuel. Con aplomo y sabiduría profética sufrago sus estudios en la ciudad de Loja en el “Instituto Nacional de Enseñanza Primaria, el “Protectorado” conocido como hoy como Escuela Fiscal “Miguel Riofrío” Nº. Cabe indicar que este instituto se constituía en un verdadero Complejo Educativo formado por: Jardín de Infantes, Escuela Primaria, Escuela de Música, escuela de Pintura y la Sección de Artes y Oficios. En esta ultima, Carlos Ojeda adquiere el oficio de Herrero Mecánico, complementando de esta manera la sutil formación académica recibida de sus primeros maestros particulares: Don Juan Delgado y Don Zabulón Máximo Bravo, reconocidos educadores de aquella época.

Fue puntal importante de la cantonización de su pueblo. Infalible miembro del Club “Unión de Jóvenes” del Comité Pro-cantonización y Presidente de la Junta de Reconstrucción de Gonzanamá. Hombre ecuánime, franco, transparente y exageradamente impetuoso al defender sus puntos de vista. Fallese el 16 de abril de 1974. Sus restos reposan en el cementerio general de la ciudad de Gonzanamá.

Daniel Salvador Ojeda Luna.

Ilustre hijo de Gonzanamá, amante de la ciencia y la cultura, nace en el año de 1900. Fueron sus padres: Don Manuel J. Ojeda y Doña Virginia Luna. Daniel Ojeda Luna es un caballero intachable, generoso y desprendido al momento de apoyar las nobles cruzadas de su pueblo. Amable y cortés con sus conciudadanos, vecinos y allegados.

Desempeño importantes cargos públicos. Entre ellos: teniente Político, Agente de ventas, Presidente del Ilustre Municipio de Gonzanamá, Jefe político del Cantón. Fue acreditado corresponsal del diario “La Opinión del Sur” de la ciudad de Loja y del diario “El Universo”, de circulación. En sus páginas expresa su afán por la solución de los problemas sociales, económicos y políticos, producto de los desgobiernos, que ponían en riesgo la existencia misma de los pueblos.

Su gestión administrativa municipal estuvo encaminada a fortalecer la elemental e incipiente educación de su cantón. Logrando transformar las escuelas pluridocentes de “Tres Grados”, de aquel entonces, en escuelas urbanas completas, con personal docente idóneo, pagado por el estado. Mediante ordenanza Municipal, crea el primer Taller Municipal de Corte y Confección para señoritas. Convoca a concurso abierto para aprobación y elaboración de los símbolos patrios del cantón: bandera y escudo.

Impulso el desarrollo urbanístico de su ciudad ejecutando aperturas rectificaciones y ensanchamiento de calles, de conformidad con el Plan Urbanístico de Gonzanamá, incluyendo la actual circunvalación “30 de Septiembre”.

Así mismo, se adjudico a la firma MAX MULLER el montaje de la maquinaria y producción de energía eléctrica para la ciudad de Gonzanamá. Organiza legalmente el Centro Agrícola Cantonal. Realizan los primeros trabajos del canal de educación y algunas obras de mampostería, gracias al aporte económico asignado por el Congreso Nacional.

Mediante Ordenanza Municipal se asignan fondos para el servicio de agua potable de las parroquias: Quilanga, Changaimina, Nambacola, Purunuma y Sacapalca. Inicia los estudios y apertura de las vías de acceso a las parroquias rurales del cantón.

La obra realizada por este insigne ciudadano Gonzanameño es muy relevante desde todo punto de vista, para los caros y nobles intereses de los pueblos aislados, abandonados a su suerte y carentes de todo cuanto significaba adelanto y progreso.

Juan Manuel Ojeda Luna.

Con estudios secundarios cursados en el Centenario Colegio “Bernardo Valdivieso” de la ciudad de Loja, desde muy temprana edad, emprende, en su suelo natal, su exitosa vida productiva. A costa de trabajo tesonero, desvelo y sacrificio, acumula una respetabilísima situación.

Incursiono en la vida pública como el Primer Vicepresidente del Municipio y desempeño con rectitud, honorabilidad y patriotismo las altas funciones de jefe Político del Cantón.

Antes de que se extinga su hacendosa vida, después de una fulminante e incurable enfermedad, Don Juan Manuel, pensando siempre en la educación y cultura de su pueblo, dona en escritura pública parte de su cuantiosa fortuna para la creación y funcionamiento de una escuela y colegio religiosos en la ciudad natal.

Su acción benefactora sirvió de base para la existencia misma de respetables centros educativos religiosos, regentados por la Comunidad de madres Dominicas de la Enseñanza de la Inmaculada Concepción.

Luis Alberto Sotomayor Córdova.

Nace en la ciudad de Gonzanamá el 25 de diciembre de 1911.

Fue hijo del respetable hogar constituido por Amadeo Sotomayor y Zoila Rosa Córdova. Fallese el 08 de julio de 1968 rodeado de sus familiares y amigos en medio de la consternación ciudadana. Sus restos descansan en el cementerio General de Gonzanamá.

La historia de su pueblo lo describe como: “Hombre Intelectual por esencia, de temperamento fuerte, altivo, no se doblega ante los azares de la vida, se mantiene sin prejuicios, lucha tenazmente contra las injusticias, golpeando con dureza a sus adversarios”.

Su pluma fustigó todo aquello opuesto al cambio. Sus ideas transformadoras se plasmaron con sabiduría, ingenio y suspicacia en los principales diarios de circulación provincial y nacional. Fue corresponsal de los periódicos, “Tribuna”, “En Guardia” “La Opinión del Sur”, “El Comercio”, de la ciudad capital y “El Universo”, de Guayaquil.

Su vocación periodística le permitió irrumpir en el “exquisito” campo de la investigación y denuncia de los más apremiantes problemas seccionales. Su innata preferencia por la investigación le permitió recopilar muchos datos históricos de Gonzanamá, lamentablemente, desaparecidos en la actualidad.

Desempeño algunos cargos públicos: Teniente Político de la parroquia Nambacola, Secretario y Comisario de la Comisaria Nacional de Gonzanamá, Secretario “Vitalicio” del Ilustre Municipio de Gonzanamá, entre otros.

Julio Cesar León Ludeña.

Grande, robusto como un eucalipto, fuerte como un roble, erudito, inteligente, humanitario y generoso. Así lo recuerdo. Julio Cesar León Ludeña nace en 1885. Sus padres fueron Don. Ángel María León y la Sra. Dña. Lugarda Ludeña. “Medico de cabecera” de todos los Gonzanameños, docto en toda la extensión de la palabra, no ostentó titulo alguno. Su universidad fue la experiencia, la praxis y su amor al prójimo. No descuido jamás su auto-preparación; fue un incansable lector; vivía siempre informado de los adelantos de la ciencia medica.

Se cuentan muchas anécdotas de este luchador infatigable de la salud de su pueblo. De niños, ancianos, hombres y mujeres, curaba sus dolencias. Cuentase que en cierta ocasión una madre desesperada con su niño en brazos, llego al “consultorio” de Don Julio León y, con lágrimas en los ojos, le solicitaba que cure a su hijo, que estaba al borde de la muerte. Al auscultar al niño, el “medico” se sonrió y le dice a la madre, “¡cálmate mujer! Este niño solo tiene lombrices y un poco de hambre”.

Su tiempo libre lo compartía con su afición a los gallos de lidia. Eran muchos ejemplares de diverso tamaño y color que se exhibían en el portal de su vivienda o en la gallera, ubicada al frente de su farmacia. Los entrenamientos diarios de estos hermosos ejemplares se constituían en un tradicional espectáculo, digno de los mejores coliseos de gallos.

Manuel Agustín Pacheco

“Es un hombre modesto, pero de profundo sentido cívico que guardó un entrañable amor a su tierra natal”.

Nace en Gonzanamá en 1896. Su madre, la apreciada señora Agustina Pacheco, se ganó el cariño de todos los Gonzanameños, hombres y mujeres que tuvimos la suerte de ser recibidos en sus brazos a la hora de nacer. Con mucho afecto se la conocía como “Mama Agucha”. Su profundo conocimiento, habilidad y destreza en obstetricia, sorprendió a muchos profesionales en la materia.

Agustín, mientras vivió en su tierra natal, Gonzanamá, estuvo siempre presente para ayudar al adelanto de su patria chica. Por el año de 1930 presta su valioso contingente en el traslado de la tubería de asbesto del primer servicio de agua potable para su pueblo. Tubería que fue trasladada desde la ciudad de Santa Rosa, provincia de El Oro hasta Gonzanamá, en acémilas, con todas las dificultades y peligros que esto representaba.

“Gonzanamá considera a Agustín Pacheco como uno de sus filántropos, ya que él obsequió EL RELOJ que hasta hoy marca el tiempo desde la fachada de la Iglesia Matriz. Reloj que lo mando a confeccionar en la ciudad de Ambato”. Lamentablemente, los repiques de las campanas del reloj, que hasta hace poco se escuchaba con nitidez en lugares muy distantes de Gonzanamá, hoy parecen haber perdido su encanto. Pareciera que el tiempo o el hombre disminuyo a propósito su canto.

Poseedor de una apreciable fortuna, fruto del esfuerzo y trabajo honesto, Manuel Agustín Pacheco fallece en la capital de la Republica, el 28 de junio de 1973. Sus restos mortales descansan en la Basílica del Corazón de Jesús de la ciudad de Quito.

Abel Abiatar Quevedo

Luchador infatigable, caballero inconfundible en todos sus actos. Varón excepcional en el trabajo. Se asegura que nunca abandono las labores a él encomendadas, hasta el momento mismo de su muerte.

Nace el 3 de octubre de 1884 en la ciudad de Gonzanamá. Contrajo matrimonio con Dña. Heliodora Figueroa, con quien procreo dos ilustres hijos: Jorge Aviatar y Adolfina Quevedo Figueroa. El primero, entrañable sacerdote, hombre santo, entregado a dios, fue Vicario Foráneo de Gonzanamá hasta su fallecimiento. Y la segunda se desempeño como Superiora de la Comunidad de Hijas de la Caridad de Changaimina.

“Su vida política ocupó las más altas dignidades en el gobierno seccional: teniente político, comisario nacional, jefe político, presidente del Honorable Concejo Cantonal, por dos ocasiones. Fue factor medular y propulsor de la cantonización. Amante de la ley y de la justicia, defendió con ardor los legados de Balbina Moreno y ayudo a la construcción del local donde hoy funciona esta escuela regentada por las Madres Dominicas de España, a cuya comunidad también subvencionó. Ayudo en lo que pudo para la reconstrucción de la iglesia matriz. En suma, fue uno de los puntuales en que se ha levantado el progreso de Gonzanamá”.

Muere el 5 de Agosto de 19784, sus restos reposan en la Iglesia Matriz de Gonzanamá.

Teodomiro Antonio Quito Celi

Teodomiro Antonio Quito Celi, nace en la población de Nambacola, cantón Gonzanamá, el 09 de agosto de 1902. Es hijo del Sr. Manuel Celi y de la Sra. Nicanora  Quito, oriundos de la parroquia Nambacola. Contrae matrimonio con la respetable Sra. Dolores Ojeda Ojeda nativa de la ciudad de Cariamanga, con quien procrea 7 hijos.

Los estudios regulares los cursa en su población natal en los que se destaca por su tenacidad y dedicación Don Teodomiro, como lo llamaban sus congéneres fue un ciudadano ejemplar que se autoeducó y preparó toda su vida a pesar de sus vicisitudes y dificultades que esto demandaba en aquella época, sus conocimientos adquiridos los puso siempre al servicio del pueblo al que tanto amo y sirvió por muchos años.

Se inicia en la vida pública como secretario de la tenencia política de la parroquia Nambacola. Función pública en la que se desempeña por un lapso de 12 años consecutivos, luego del cual, es nombrado en dos ocasiones teniente político de la mencionada parroquia.

Se constituye en el primer notario público del cantón Gonzanamá, al ejercer la notaria por más de 25 años, en la cabecera cantonal de Gonzanamá. Carrera administrativa que es interrumpida abruptamente por el fallecimiento de su esposa el año 1967. Este triste acontecimiento obliga a Teodomiro Antonio  a presentar su renuncia irrevocable al cargo para dedicarse al cuidado de su familia, en su pueblo natal.

El pueblo de Nambacola honra su recuerdo y recomienda su nombre, en reconocimiento a la fructífera labor en beneficio de su pueblo y de manera particular a la educación a la que tanto sirvió en la nominación de la guardería del INNFA de Nambacola “Teodomiro Antonio Quito Celi”.

 

Carlos Miguel Celi Galván

Comerciante prospero nacido y radicado en la población de Nambacola. Desde joven incursionó, con talento y esfuerzo, en la vida política del cantón Gonzanamá. Desde donde ha bregado por el adelanto y progreso de su pueblo.

Carlos Miguel Celi Galván nace el 12 de octubre de 1951 en el respetable hogar formado por el Sr. Carlos Celi Jaramillo y la Sra. Rosalina Galván, oriundos de la parroquia Nambacola.

Se ha desempeñado, apropiadamente, en la vida pública como concejal principal  del I. Municipio de Gonzanamá en el periodo 1984-1988, y se constituye, por decisión mayoritaria del pueblo Gonzanameño, en el primer Alcalde del Cantón, en el periodo 1996-2000. Entre las obras realizadas en su gestión administrativa se destacan: la construcción de la “Nueva planta de Agua Potable” de la ciudad de Gonzanamá y la terminación del Coliseo de Deportes, en convenio con el Honorable Consejo Provincial de Loja.

La población de Nambacola reconoce de su gestión el inicio del adoquinamiento de las principales calles de la población, la instalación del agua potable, en convenio con el Programa FASBASE; la apertura de la carretera Nambacola-Peñas Negras-Potrerillo, entre otras obras, de singular importancia para el adelanto y progreso de sus pueblos y recintos.

Tomado del libro Protagonistas Gonzanameños de ayer, hoy y siempre del Dr. Francisco Gregorio Ludeña León.

 

 

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